Cuidado de los huevos para el avicultor interesado en la incubación.
La selección y el cuidado de los huevos son de crucial importancia si se quiere tener éxito en la incubación.
En términos generales, el cuidado de los huevos incluye no sólo la selección del huevo, sino también poner atención como y donde lo vamos a almacenar.
En primer lugar, hablemos de la selección. Evidentemente, hay que evitar los huevos deformes o defectuosos. Es poco probable que estos huevos se incuben con éxito o, incluso si lo hacen, las crías no sobrevivirán mucho tiempo.
Tampoco se deben incubar huevos cuya cáscara sea demasiado fina, porque no suelen retener la humedad eficazmente durante el proceso de incubación, que requiere mucho calor, incluso a pesar de los altos niveles de humedad.
Y, por supuesto, los huevos agrietados quedan descartados si tienes que elegir.
Si dispone de una incubadora muy grande, puede que decidas incubarlos de todas formas, pero si tienes poco espacio, te sugiero que dejes de lado los huevos agrietados.
Esto no quiere decir que un huevo agrietado no pueda desarrollarse, porque puede hacerlo, pero existe una gran posibilidad de que el huevo se infecte durante el proceso de incubación debido a la cáscara agrietada, y de que el polluelo que contiene muera o enferme al nacer.
Y recuerda que las enfermedades se transmiten fácilmente entre los pollitos en los primeros días de vida, por lo que esos huevos agrietados podrían causar pérdidas desproporcionadas en relación con su porcentaje de beneficio.
Aparte de esto, hay ciertos puntos básicos que hay que tener en cuenta a la hora de seleccionar los huevos de cría.
En primer lugar, fíjate en los reproductores y elije sólo los huevos de las aves más sanas.
Evita, en la medida de lo posible, la endogamia, ya que puede provocar un número de defectos genéticos superior a la media en las crías.
No elijas huevos que no tengan un tamaño medio, es decir, que sean más grandes o más pequeños de lo normal, ya que pueden causar problemas en el momento de la eclosión y posteriormente.
La higiene es la clave del éxito. Debes asegurarse de tener las manos perfectamente limpias cuando manipules los huevos.
Por supuesto, los huevos no son demasiado susceptibles a las enfermedades en este momento, a menos que estén agrietados, pero debes manejarlos con las manos limpias.
Sobre todo, no intentes lavar los huevos, aunque parezcan sucios. En realidad, los huevos tienen una capa que los protege, y limpiarlos o lavarlos la eliminará y aumentará las posibilidades de que la incubación fracase debido a una enfermedad.